En esta presentación ofrezco una reflexión sobre un aspecto comparativo particular de la política lingüística en tres países andino-amazónicos: Ecuador, Perú y Bolivia. En la legislación que se ha promulgado en cada país a partir del 2000, figuran estrategias de mapeo etnolingüístico-territorial que apoyan la ‘regimentación’ de las lenguas originarias (Gustafson); se trata de una ‘tecnología del poder’ (Foucault) aplicada a las políticas lingüísticas, desde un punto de vista estatal. A la vez, durante el mismo período, se ha visto crecer el fenómeno de la migración interna, de la sierra a la costa (en el caso del Ecuador) y hacia las tierras bajas (en el Perú y Bolivia). Estos movimientos poblacionales conllevan un proceso de neo-colonización lingüística por grupos hablantes de lenguas andinas (kichwa, quechua y aimara), en regiones donde se hablan otras lenguas. En estas circunstancias, y en términos de equidad de tratamiento de lenguas en el sistema educativo y otros contextos, se puede considerar que el mapeo etnolingüístico-territorial no es de lo más adecuado.