Históricamente, Noruega ha implementado políticas opresivas hacia los sami, lo que ha resultado en un cambio de lengua y devaluación de la cultura local. Hoy en día, los nuevos hablantes de sami tienen una compleja historia de «pertenencia», pero también de silencio y vergüenza, la cual ha sido transmitida de las generaciones pasadas y es ahora parte de nuestro conjunto histórico debido al control social sobre quién puede reclamar el rol de «hablante auténtico», los aspectos de aprendizaje de una lengua son particularmente salientes en contextos indígenas (King and Hermes 2014) y nuevos hablantes frecuentemente «se silencian» ellos mismos por el miedo a hablar.
Voy a explorar experiencias vividas de recuperación de una lengua, con un enfoque en tensiones inherentes y emociones presentes en procesos de revitalización; y a examinar cómo los nuevos hablantes procuran resolver esta problemática.